Sucedió
en Italia, en la región de la Lombardía, más precisamente en el hospital de
Lovere. Allí estaba internado Giuseppe de 72 años. Llegó desde Fiorano, donde
se desempeñaba como arcipreste de Casnigo, teniendo a su cargo varias
parroquias de pueblos cercanos. Persona cordial. Muy querido y bien conocido en
la zona por su permanente disposición a escuchar a todos, creyentes y no
creyentes. Quien se dirigía a él sabía que podía contar con su ayuda. Junto a
otro sacerdote abrió un centro de ayuda para las familias vulnerables. Pero su
amor al prójimo no quedó allí. El hospital donde era atendido por Covid19 se
vio superado por la llegada masiva de pacientes y la carencia de insumos
esenciales era más que evidente. Giuseppe renunció voluntariamente a un
respirador, que la comunidad le había comprado, para dárselo a un joven de 32
años, que sufría como él de una neumonía a causa del coronavirus y de quien no
trascendió el nombre.
El
pasado 15 de marzo el cura falleció. Un ejemplo de amor al prójimo que se
destaca aún más ya que en los últimos tiempos, las noticias que involucran a
sacerdotes católicos se refieren aa casos de pedofilia.
El
acto conmovió a médicos, enfermeros y a toda la comunidad. Recibió cientos de
elogios en las redes sociales.
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